martes, 23 de noviembre de 2010


Durante su gobierno Alfonsín trató de dar impulso a la política exterior, abandonada por la dictadura y fue el canciller Dante Caputo el encargado de esa tarea. Se resolvió con Chile el conflicto por la demarcación fronteriza en el Canal de Beagle. a partir del cual casi se inicia una guerra en 1978 y que, en vísperas de las elecciones de 1983, suscité nuevas tensiones. Con la mediación del Vaticano, los dos países australes suscribieron en 1984 primero una declaración de paz y fraternidad y luego un acuerdo sobre e1 canal, que fuera ratificado por la sociedad argentina con un  devotos favorables en una consulta popular convocada al efecto. En 1985 el Vaticano rubricó el tratado bilateral, En relación a las negociaciones con el Reino Unido por las Malvinas, sólo consiguió de Londres la reanudación del diálogo bilateral, excluyendo lo relativo a la soberanía de as islas.
Alfonsín inició también tratativas para alcanzar la integración regional con Brasil y Uruguay y firmé en 1988, junto a los mandatarios de ambos países, el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo, que sería la piedra angular del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). El tratado comprometía la creación de un espacio comercial común en diez años, mediante la eliminación dejas barreras arancelarias y no arancelarias y armonización de políticas comerciales.
En los 80 el cine argentino le abrió sus puertas a la voluntad de cambio. Los directores no exiliados se habían volcado al cine publicitario como otra alternativa de trabajo y luego, con la vuelta a la democracia, instauran implícitamente una nueva forma de hacer cine: este ese1 caso de Pino Solanas y Luis Puenzo. Durante el gobierno de Alfonsín. los principales organismos relacionados con la cultura fueron ocupados por figuras y personalidades relacionadas con ese campo, como por ejemplo el actor Luis Brandoni en la asesoría presidencial en temas de cultura; el escritor Pacho O`Donnell, como secretario do Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, Carlos Gorostiza en la Secretaria de Cultura de La Nación, Miguel Angel Merellano en A.T.C.. Todas estas transformaciones de base alentaron a verdadera idea de cambio, pero aun así, la reprobación de las películas seguía vigente.

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